Pensamos en hierro forjado y evocamos inmediatamente el estilo colonial, ese que para nosotros es tan significativo y está tan presente. El trabajo con el hierro forjado es artesanal, más allá de los motivos estándares de cada artesano.

Quién sabe por qué motivos, este material trabajado de esta forma suscita sentimientos tan encontrados en nuestras almas.

 El hierro es tendencia y para integrarlo en la decoración de nuestra casa tenemos infinidad de posibilidades.

     
Y esa manualidad del oficio se nota en los resultados, con imágenes de bellísimos espacios donde está presente esa cuota de nostalgia que sólo el hierro forjado posee y emana.

Podemos optar por pequeñas piezas, como lámparas, candelabros, farolillos o muebles auxiliares para el cuarto de baño, el salón, la cocina, el dormitorio, o el jardin. Combinados con muebles de madera y otros materiales restamos la frialdad que, a veces, puede transmitirnos el hierro.